martes, 19 de mayo de 2020

Valores - miércoles 20 de mayo

Tod@s necesitamos hablar, contar lo que pensamos, expresar nuestras opiniones y comunicar nuestros sentimientos. ¿A qué sí?  
Pero no siempre es fácil, vamos a ver lo que le ocurre a Jacinto en la historia siguiente y  a ver si nos ayuda.

LA MÁQUINA DEL TIEMPO

Jacinto era un hombre taciturno. Cuando alguien intentaba conversar con él, decía:
Solo se debería hablar por necesidad, así nos ahorraríamos escuchar muchas tonterías.
Jacinto no tenía amigos, pero sí una pesadilla continua. Soñaba que era un niño y vivía en una familia en la que nadie se atrevía a opinar. Entonces, Jacinto se convertía en un fantasma mudo e invisible y sus padres no se daban ni cuenta.


A pesar de eso,  Jacinto era un gran científico y consiguió inventar una máquina del tiempo.
Pensó  que sería buena idea probarla él mismo, así que viajó al pasado. Se encontró en la mesa con sus padres, donde reinaba el silencio. Pero esta vez Jacinto no se calló. Empezó a contar todo lo que se le ocurría: las comidas que odiaba, los animales que le daban miedo, los libros que le gustaban, el peinado que le quedaba bien a mamá…Sus padres le escucharon asombrados y luego empezaron a hablar. La comida se alargó muchísimo y también la siguiente, y la siguiente.
Nadie supo más de Jacinto: parece que no volvió a usar la máquina del tiempo.



1.    Lee la historia y contesta.
¿Crees que, al principio de la historia, Jacinto era feliz? ¿Por qué?

¿Te has sentido alguna vez como Jacinto en su pesadilla? ¿Cuándo?

 ¿Por qué crees que Jacinto no volvió a usar la máquina de la verdad?



2.    Imagina que estás comiendo con tus padres y nadie habla. ¿Qué harías? Escribe  lo que  les contarías (mínimo 5 renglones).

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